Solo yo

No es momento de presentaciones, ni siquiera yo sé quien soy, y creo que nunca lo sabré, por eso no puedo por más que deciros un nombre; Raúl. Solo es una etiqueta, una distinción, un apodo que no significa la verdad de lo que soy.
A todo el mundo que me pregunta le digo que he nacido en Jaén, (mentira piadosa), pero en verdad nací hace unos cuantos años en Madrid, lugar que ahora miro por mi ventana.
Tengo que admitir que he tardado mucho tiempo en enamorarme de esta monstruosa urbe, antes no la comprendía, no sabía su historia, no la sentía como mía. Sentía que pertenecía a una ciudad como Jaén, como Granada, o como Barcelona, pero nunca la alcanzaba, estaba muy lejos para mi comprender que nuestro enamoramiento conllevaba tiempo y mucho trabajo de ambos, pero al fin lo he conseguido.
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¿Madrileño?, puede, ¿Español?, aun no, la idea de español me queda muy grande para poder comprenderla, y solo el continuo estudio de su historia, y la comprensión de sus costumbres, algún día me acerque a ella, pero la idea de madrileño si la comprendo, aunque no la entienda en su significado pleno.
Soy andaluz, lugar que pertenecen mis recuerdos infantiles y mi primer amor.
Marinero, y aunque no sepa nadar, siento el mar como la sangre dentro de mi cuerpo, es de las pocas cosas que hace que cuando la contemplo, lloró sin importarme quien esté a mi alrededor. El mar es amor, nacimiento, pero también muerte, y soledad.
También me siento ibérico, pero no porque me sienta más patriota que ninguno sino porque sé que aquí he de vivir y donde sé que aquí he de morir. Porque noto que con cualquier persona que comparta mi lengua sabré entenderme, sabre dialogar, y sobre todo, poder enamorarme de ella.
Me siento creador, poeta, escritor, perdonen esta enumeración, aunque crean que son cosas parejas, para mi son idénticas. No podría concebir mi existencia sin la conjunción de letras, fonemas, sílabas, palabras, frases, y oraciones. Quizá sería más exacto decir que me noto más lector que escritor, pero creo que tarde o temprano, en la vida de un lector florece la idea de ser escritor, aunque solo sea en petit comité.
Y sobre todo, me siento Yo, ni Raúl, ni hijo de mis padres, ni hermano de José Luis, Yo, estoy orgulloso de ser yo, aunque, como ya dije antes, no sepa del todo quien soy.
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Espero que tengan paciencia conmigo, y concedan una breve consideración con éste que escribe. No puedo prometerles nada, ni que se van a reír, ni que lloraran, y ni siquiera sé si alguien me leerá, pero les propongo un pacto, yo sigo creyendo que ustedes existen, y ustedes creen que yo existo, aunque nunca nos encontremos. ¿Trato? Que el silencio firme el contrato.
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Hasta pronto.