martes, 7 de octubre de 2008

-5-

El amanecer llegó. Nueva mirada.
Aulló el viento despojando, a aquella mañana de nácar y fresa, del sabor de los últimos días, y arrojándolo muy lejos.....
El nombre de ese hombre no importa. Sólo importa la soledad que le inunda. La soledad, su única amiga, le ciega los ojos y sólo piensa en como se separará de ella, sin hacerla daño. La ama. La odia.....
En su reino, de cariño nunca dado y de amores olvidados, sentado está en su trono, hecho con las miradas de las mujeres que creyeron amarle.....
Su mirada triste, al infinito, interroga con los ojos.....
¿Dónde está mi futuro?, ¿Dónde está mi pasado? Sólo entonces comprende que nadie podrá amarle porque el no sabe amar. ¿Qué es el amor? Sabe que nunca lo sabrá. Un suspiro vuela.....
Lejos de allí, una niña mira al cielo y una caricia le toca la cara, cierra sus ojos y siente un beso en sus labios virginales. Pero la soledad también le acompaña. Pero siente dentro que ya nunca más dejará de estar sola.....
Luna llena.....
Duerme en su lecho de sueños rotos, y de nubes negras.....
Un sueño. Una cara. Un reflejo. Una búsqueda.....
El príncipe desconcertado se levantó de su cama, y se asomó a la ventana, a lo lejos distingue una estrella, cerró los ojos, y sintió una caricia en la cara.....
-Ahora, justo ahora. Gracias.....
Al día siguiente, el séquito del príncipe lo encontraron yerto, pero en su pecho una rosa y este cuento dormían.....

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