viernes, 24 de octubre de 2008

Camino

Todo está en todo. Todo ya está escrito. Todo vuela, y todo muere.
¿Qué es la poesía sin el teatro y sin la novela?, elementos que se necesitan recíprocamente, necesitan beber uno de otros, y los otros de unos.
Novelas como “Pedro Páramo” de J. Rulfo, o “La lluvia amarilla” de J. Llamazares, son pura poesía, su prosa llega a cotas de la poesía que ningún poeta ha llegado, hay puro lirismo en sus oraciones, hay recuerdos, sentimientos, amores, todo.
Poemarios como “Aquí no hay poesía” de J. Bayly, con un uso de la lengua totalmente coloquial, y en cambio, su forma es poesía. ¿Qué es?

La literatura ha dejado de existir, muere todas las noches, y vuelve a nacer cuando uno se despierta. La literatura es la vida. No importa si lo que quieres contar tiene que ocupar 400 páginas, o una línea, (qué se lo digan a Augusto Monterroso).

Toda novela, o poemario, u obra de teatro tiene algo de quien la escribe; su alma, su vida, su trabajo, su yo. Eso es poesía.
La creación es el padre de la literatura, pero tiene muchos hijos.
Cojámonos de las manos, y no luchemos; andemos. El camino se hace al andar, no al imaginarlo. Somos y no somos, ahora y mañana. Todo es todo.

No esperemos un día mejor, más soleado, con menos obstáculos. Todo es necesario, no hay nada prescindible, porque si no, no existiría.
Quién sabe, a lo mejor estoy salvado la vida a una persona por escribir esto, yo solo me conformaría con hacerla sonreír.

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