miércoles, 5 de noviembre de 2008

Batiburrillo de cosas

1.
Nadie puede negar que sea un hombre de palabra, unas navidades lo atestiguan.
Mis amigos, Nacho, Noe y Vane (no sé si también estaba su hermano Víctor, gran persona), íbamos a echar una partida al Trivial, y nos apostamos que quien perdiera se tendría que comer un trozo de turrón de chocolate con Ketchup.
Todas las personas que me conoces admiten que soy una persona muy inteligente, pero, ¡¡tate¡¡, siempre pierdo al Trivial, y ésta vez no fue una excepción.
Cuando doy mi palabra, la doy y me comí aquella cosa repugnante.
(Mis amigos me admitieron que si hubieran perdido no lo hubieran tomado…., yo no digo nada.)

2.
Aun estábamos en el instituto, y teníamos por costumbre, todos o casi todos los fines de semana quedar simplemente para estar juntos, aun no conocíamos a Nacho, pero su lugar lo ocupaba una chica llamada Ana, de mal recuerdo y en mi caso, prefiero millones de veces la compañía de mi amigo-hermano Nacho.
Noelia y esa chica estaban sentadas en un bordillo de ladrillo, hablando de sus cosas, mientras Vane, su hermano, (el gran Choflas), y yo, dábamos patadas a un balón.
En un momento indicado, Víctor le dio un chutazo al balón justo debajo de donde ellas estaban ellas sentadas, en la pared de ladrillo, en ningún momento las tocó, pero el susto provocó que las dos cayeran de espaldas, hacía atrás, justo en un pequeño jardín que era bordeado por esa pared-bordillo donde estaban sentadas.
Cayeron como un escarabajo pelotero, con los brazos y las piernas hacía arriba.
Si es que el Vitín es mucho Vitín…


3.
Aun no he hablado de un amiguete llamado Isaac. Hace mucho tiempo que no le veo, pero compartimos 2 ó 3 meses de trabajo.
Para dar una pequeña referencia diré que siendo un gran tipo, es una de las personas más patosas del mundo, es capaz de tropezar con una cáscara de pipa y abrirse la cabeza.
Isaac y Jorge (otro buen amigo) trabajaban en un cine, cortando las entradas. Yo, y Vane (bueno y más gente), éramos los que limpiábamos las salas. Nosotros barríamos y ellos recogían, no siempre, los botes y las botellas de agua.
Durante un tiempo, antes de que entrara yo a trabajar allí, se impuso una moda; la guerra de botellas de agua, dando igual la cantidad de agua que había. (algunas hacían realmente daño)
Bueno, en una de estas guerras, a tres bandas entre Jorge, Isaac y Vanesa, Isaac tiró una botella de agua a Vanesa, pero su escasa fuerza hizo que diera en una butaca del cine y rebotara hacía Isaac, dándose una pedazo de hostia con la botella, que a lo poco se abre la cabeza. Nadie más pudo tirar una botella más, acabaron todos descojonados, e Isaac cortó entradas ese día con una pequeña muesca en la frente, señal del tapón de la botella.

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