miércoles, 19 de noviembre de 2008

-13-

Así, en la luna oscura, dormida de blanco y nácar,
deposité mis yertos, exploradores de savia, en tus,
mías, vivas lágrimas.

De ayer, cuando dormida, anclada
en mi recuerdo, en un episodio que
nadie escribió, tus belfos
nadaban, en un futuro inundado de azul; nunca
más acabado.

Palabras desconocidas, ajenas, entran en el presente
que nunca, jamás…
Y pesadamente invaden
el futuro que ninguna vez….

Siempre, en el ayer olvidado.

Cuando duerma, solo pido recordar una cosa:
Tu guedeja.

No hay comentarios: