Sueño, color vainilla, impregnado de recuerdos olvidados.
Recuerdos que viajan sin cesar, hasta el interior del ser que grita sin parar.
-¡No!, calla ese silencio atronador. Quiero dormir en tus ojos, que nunca miran.
-¡Ni lo harán!, déjalos descansar, cansados de tanta putrefacción, en un mundo sin color.
-¿En qué mundo?, ¿En éste lleno de colores negros y blancos?. Cierto es que estoy ciego cuando veo, y miro cuando oigo.
Confusión, un sin saber estar.
-¿Estás loco?, ¿O soy yo quién escucha voces en el exterior?
-Háblame en el silencio, necesito tu olor a ayer, y tus manos que acarician el vacío
del mañana
viernes, 7 de noviembre de 2008
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