lunes, 3 de noviembre de 2008

-11-

Luz extinguida, de reflejos verdes y parados. Sigue tu mirada
mi andar, y sin hablar, preguntas:

- ¿Qué tal tu felicidad?, la mía, solitaria y desconocida.

Se encendieron las luces, y se murió el silencio.

Besé tus ojos blancos, vivos y dolidos, y solo acerté a decir:

- Siempre será hoy.

Bailamos el vals de los desconocidos e ilusionados, pero sin
poseernos, y en el último acorde te besé, pero sin tocarte.

Ahora miro tu recuerdo en mi lápiz gastado, en esta hoja
en blanco, en esta duermevela irreal y sin dejar de llorar
agradezco tu ahora.

No hay comentarios: